Pequeña. Minúscula. Insignificante.
Esfuerzos, por otros sí. Por mí nunca.
Puedo entenderlo. Debo entenderlo. Pero acabaré teniendo que pedir perdón por sentirme triste y menospreciada.
Al menos una semana. Quizá más, sin vernos. No parece importarle.
No perdono a la muerte enamorada.
No perdono a la vida desatenta.
No perdono ni a la muerte ni a la nada.
Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumento.
A las desalentadas amapolas
daré mi corazón por alimento.
Tanto dolor que se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
No perdono a la vida desatenta.
No perdono ni a la muerte ni a la nada.
Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumento.
A las desalentadas amapolas
daré mi corazón por alimento.
Tanto dolor que se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
No descubrí que eras tú por la foto, ni por el comment en mi blog de destrucción masiva, ni por el brillante y poético exhibicionismo sentimental que escribes en esta página blanca. Descubrí que eras tú porque en tu primera entrada escuchabas Pure Narcotic y eso no suele pasar.
ResponderEliminarMañana cañas, ;) cuídate, deshollinadora-detective.